"La Alianza española contra la pobreza, integrada por más de 1.000 colectivos sociales nos hemos convocado, por tercer año consecutivo, para avisar que los Objetivos de Desarrollo del Milenio no se cumplirán sólo con palabras. Queremos que nuestros gobiernos e instituciones asuman sus compromisos y tomen las decisiones políticas necesarias y eficaces en la lucha contra la pobreza. Porque sabemos que la pobreza puede ser erradicada.
Todas las políticas comerciales, económicas, laborales, de inmigración y financieras deben ser coherentes y estar orientadas a extender la justicia social en el mundo, a beneficiar directamente a los países y a las personas con menos oportunidades.
Ahora que se acercan tiempos de elecciones generales en nuestro país, queremos ver que a los partidos les interesa la agenda de la ciudadanía de la calle, la de la gente que se mueve por la solidaridad y la justicia y que ha demostrado su compromiso con la lucha internacional contra la pobreza.
Queremos la complicidad de los gobiernos, que nos han de representar, para señalar cuáles son las causas y los causantes de la persistencia de la pobreza. Éstas son algunas de ellas:
* Los gobiernos de los países “ricos” no cumplen ni siquiera sus promesas. Se comprometieron 6.000 millones de dólares anuales para lograr la educación primaria universal. Sin embargo, la ayuda está disminuyendo. En la lucha contra el SIDA, África Subsahariana sólo ha recibido el 60% de los fondos prometidos. Los países del G-8 se comprometieron a duplicar las ayudas a África para el año 2010, pero simplemente han aumentado un 2% entre 2005 y 2006.
* Los países empobrecidos no influyen en las instituciones de “gobierno mundial”. Y además pagan para sostener instituciones que manejan los ricos.
* “Alguien” facilita la economía especulativa y recorta la economía productiva. Más de la mitad de la “riqueza” mundial procede del mercado financiero.
* Los poderosos imponen normas comerciales injustas para su propio beneficio. Los mercados poderosos protegen sus privilegios a costa de impedir el desarrollo de las economías con más necesidades.
* Las “crisis” las pagan siempre los más empobrecidos. Las empresas energéticas siguen declarando beneficios multimillonarios a pesar del derroche y de la escasez que nos afecta a todo el mundo.
Por todo lo anterior, reclamamos medidas coherentes y decididas por parte de nuestros gobiernos. Es preciso invertir, llegar al 0,7% de nuestro PIB cuanto antes y destinado exclusivamente a proyectos de lucha contra la pobreza y la desigualdad. Es imprescindible que las buenas palabras y los discursos, se conviertan en hechos palpables y sin ambigüedades".
Todas las políticas comerciales, económicas, laborales, de inmigración y financieras deben ser coherentes y estar orientadas a extender la justicia social en el mundo, a beneficiar directamente a los países y a las personas con menos oportunidades.
Ahora que se acercan tiempos de elecciones generales en nuestro país, queremos ver que a los partidos les interesa la agenda de la ciudadanía de la calle, la de la gente que se mueve por la solidaridad y la justicia y que ha demostrado su compromiso con la lucha internacional contra la pobreza.
Queremos la complicidad de los gobiernos, que nos han de representar, para señalar cuáles son las causas y los causantes de la persistencia de la pobreza. Éstas son algunas de ellas:
* Los gobiernos de los países “ricos” no cumplen ni siquiera sus promesas. Se comprometieron 6.000 millones de dólares anuales para lograr la educación primaria universal. Sin embargo, la ayuda está disminuyendo. En la lucha contra el SIDA, África Subsahariana sólo ha recibido el 60% de los fondos prometidos. Los países del G-8 se comprometieron a duplicar las ayudas a África para el año 2010, pero simplemente han aumentado un 2% entre 2005 y 2006.
* Los países empobrecidos no influyen en las instituciones de “gobierno mundial”. Y además pagan para sostener instituciones que manejan los ricos.
* “Alguien” facilita la economía especulativa y recorta la economía productiva. Más de la mitad de la “riqueza” mundial procede del mercado financiero.
* Los poderosos imponen normas comerciales injustas para su propio beneficio. Los mercados poderosos protegen sus privilegios a costa de impedir el desarrollo de las economías con más necesidades.
* Las “crisis” las pagan siempre los más empobrecidos. Las empresas energéticas siguen declarando beneficios multimillonarios a pesar del derroche y de la escasez que nos afecta a todo el mundo.
Por todo lo anterior, reclamamos medidas coherentes y decididas por parte de nuestros gobiernos. Es preciso invertir, llegar al 0,7% de nuestro PIB cuanto antes y destinado exclusivamente a proyectos de lucha contra la pobreza y la desigualdad. Es imprescindible que las buenas palabras y los discursos, se conviertan en hechos palpables y sin ambigüedades".